Todo adorno oculta lo adornado. El conflicto en el Aeropuerto del El Prat.

 

El conflicto en el aeropuerto del El Prat de Barcelona ha puesto, nuevamente, en el centro de la atención pública la criminalización del derecho de huelga. Los medios de comunicación centra estos días el foco de la noticia en un conflicto que cada día será más habitual y los platós de televisión se llenan de tertulianos expertos en todo y que emiten opiniones, a veces, carente de fundamentos. Sin ir más lejos, afirmar en la televisión por el periodista Alfonso Rojo que “los vigilantes de seguridad cobran más que los guardias civiles” solo denota ignorancia o no querer saber en qué mundo laboral vivimos. O llegar a poner un cronómetro a un pasajero para que calcule el tiempo que tarda en franquear el arco de seguridad denota, también, poco rigor. Lo curioso de esto último es que el pasajero ha tardado 25 minutos y, de repente, han cambiado la conexión a otro conflicto de taxistas en Málaga. No han vuelto a decir nada del cronómetro.

Se ha creado mucha confusión al unir “derecho de huelga” con “seguridad pública” y aún más cuando el Ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha enviado el mismo mensaje de manera repetida en todos los canales: “Queremos garantizar la seguridad pública”, “la propuesta de la mediación era razonable”, “la subida salarial es más del 20%”, “¿Dónde se ha visto esa subida?”, “los trabajadores no son razonables”, etc. Pero no podemos engañarnos, un derecho no es incompatible con otro.

 

¿Cuál es el conflicto?

El conflicto no es nuevo, ni desconocido, ni surge de la nada. Tiene un origen claro del que poco se habla y se llama precarización de las condiciones de trabajo. Eulen es la empresa multiservicio por antonomasia y su rédito no viene por lo que produce sino por lo barato que da el servicio. No nos confundamos, el abaratamiento no es porque el escáner que usa sea más barato, o la ropa de los trabajadores, no es eso, se abarata el salario. Es más fácil y el usuario no lo ve.

 

¿Por qué se externaliza el servicio?

La competencia de la seguridad pública del aeropuerto corresponde al Estado que delega en la Guardia Civil. Se ha entendido que mirar el contenido de la maleta es una función auxiliar de la Guardia Civil y por ese motivo se externaliza. Aena, amparado en la normativa actual – tampoco nos podemos engañar en esto – lo ha externalizado a la empresa que más barato le ofrece el servicio. Lógicamente, no ha perdido el tiempo en mirar por qué es tan barato, cuántos trabajadores y trabajadoras se destina a un servicio que cada año crece, que cobran o qué formación reciben, etc. Toma el dinero, dame el servicio y no me causes problemas. Eso es la externalización.

 

¿Qué hacen los vigilantes de seguridad?

El peligro en la seguridad pública vendría dado si nadie mirara aquello que los pasajeros llevan en la maleta. Este el objeto del contrato de trabajo entre un trabajador y Eulen. Mirar que en el contenido de la maleta no haya explosivos. Su trabajo no es la seguridad pública, eso corresponde a los Guardias Civiles que se pasean por detrás. Por lo tanto, decir que la huelga provoco problemas de seguridad es una falacia. La huelga provoca que haya menos efectivos para el mirar el contenido de la maleta y eso provoca que acceder sea más lento. ¿Acaso la lentitud en acceder provoca problemas de seguridad?

El Ministro es lo que quiere vender y, de paso, olvidamos que quien presta servicios son trabajadores que cobran menos de mil euros. De paso, también, tachamos que la huelga es desproporcional y abusiva. ¿Desproporcional con un servicio mínimo del 90%?

Al Gobierno no le molesta las colas, le molesta que se hagan huelgas y que se visualice que la recuperación económica es a base de precarización laboral. Eso le molesta. Que los trabajadores hagan uso del derecho de huelga por un salario digno y unas condiciones de trabajo dignas.

Como decía Nietzsche, “todo adorno oculta lo adornado”. Pues eso, pongamos adornos al conflicto. Pongamos un poco de seguridad pública, pongamos un poco de conflicto político, pongamos al Ayuntamiento de Barcelona por el medio, pongamos a la opinión pública en contra diciendo que fastidian sus vacaciones porque la espera es un poco mayor, pongamos un poco de independencia, pongamos que el derecho de huelga es desproporcional, pongamos que los trabajadores piden demasiado, pongamos al Ministro de Fomento, etc.

Pero, ¿quién pone que el derecho de huelga es un derecho fundamental? ¿Quién pone que Eulen tiene beneficios y sus trabajadores no llegan a mil euros?, ¿Quien pone el salario digno?, ¿Quién pone que la externalización precariza? ¿Quién pone la legislación que lo permite?, etc.

Impongamos un laudo arbitral y callemos a todos, si pueden.

 

JGM.

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